Minato era un hombre muy sincero, simpático y agradable, que siempre ha tenido como principal prioridad su aldea y su gente, logrando ser muy querido y respetado por los aldeanos. Desde niño, siempre ha querido ser reconocido y admirado por la gente de Konoha, por eso quiso llegar a ser Hokage, lo cual llegó a hacer realidad hasta el punto de que sus oponentes tenían miedo de solamente verlo y además de ser postulado por Sarutobi como nuevo líder de la Aldea. Minato amaba profundamente a su esposa e hijo, por eso llegó a estar nervioso por el dolor de Kushina durante el parto y hasta llorar de alegría cuando nació su hijo. Él también estaba dispuesto a morir por su hijo debido a su amor incondicional por él, en un flashback de Kushina, se vio que Minato mientras ella estaba embarazada, apoyaba su cabeza sobre su vientre, posiblemente para escuchar los movimientos de su hijo nonato. También era una persona muy astuta y valiente, que no era un ninja que hacia las cosas sin razón alguna que las sustentase. También se sabe que le gustaba la lectura. Su comportamiento con su esposa siempre fue leal y muy cariñoso, sin dejar atrás la situaciones bromistas en su contra, como se muestra en las últimas palabras de Minato a Naruto: "supongo que lo mismo que la pesada de tu madre". En el pasado demostró que tenía habilidades analíticas, ya que pudo ver los defectos y fortalezas de la nueva técnica de Kakashi, además de que logró comprender el Jutsu Espacio Tiempo de Obito, obteniendo así una gran ventaja en su batalla contra él. También se sabe que no le gusta mucho hablar sobre el pasado de las demás personas y que era un ninja con una gran determinación, un rasgo que heredaría su hijo Naruto. Antes de su muerte, mostró mucha desconfianza sobre criar a Naruto solo porque creía que no podía enseñarle los mismos valores que le inculcaría Kushina. Sin embargo, Minato tuvo la comprensión de que Naruto debe de sentirse herido por el hecho de que su propio padre había sellado un monstruo dentro de él.